La verdad es que llegamos a
Mardel con pocas cosas. Al viajar en el micro no podíamos llevar todo lo que
quisiéramos, así que tuvimos que conformarnos con la pelota de la playa, la
lancha inflable con sus remos, dos sombrillas, dos gameboys, dos sillas reposeras
y toallas de mil colores, una mesa plegable de color rojo, la pelota de fútbol
de Tito, la colección de Mafalda de mi propiedad, el equipo de mate, la
heladerita de picnic, el oso sin nariz con el que duerme mi hermano, la mini
computadora para conectarnos con wifi, las paletas, dos libros que están leyendo
mis viejos, y al final de todo: Abuelito.
Desde que se enteró de que su
novia tenía pene ya no era el mismo. Andaba desganado y un poco triste.
Teníamos que revertir esa situación y lo invitamos a que viniera con nosotros a
pasar unos días relajado y entretenido. Lo que no sabíamos es que también
vendrían los abuelos gallegos. De esos abuelos no teníamos constancia de la
asistencia en formato sorpresa. Cuando digo “gallegos” es porque le decimos así
a todos los que vienen de la Península Ibérica, pero mis abuelos gallegos
venían de Toledo, un lugar precioso en el que alguna vez hubo muchos judíos,
como los de aquí pero más antiguos. El tema es que mi abuela Paula y mi abuelo
Tino se presentaron sin más como un tornado, ella con una energía explosiva,
incansable, y él, con una pachorra bárbara. Paula vive sacando balance de las
cosas que Tino no quiere hacer: que si no sale a bailar ni jamás lo hizo, que
si es un cómodo que lo quiere todo hecho y resuelto, que si no le gusta viajar
y si lo hace es presuntamente obligado por ella, como era el presente caso.
Realmente, Tino se comporta casi, casi, como Tito, mi hermanito: pide que le
traigan todo, exige la fruta pelada y siempre se encapricha con la comida: si
hay fideos quiere arroz, y viceversa; o sea, Tino rompe las bolas a cuatro
manos. Es verdad que tuvo algunos achaques y que tiene menos energía que mi
súper abuela, pero ahora todos sabemos que vive del cuento. El asunto es que,
aprovechando nuestro viaje en sociedad con Abuelito de la Bota, los gallegos se
unieron con el fin secreto de Paula de divertirse un poco y pasar unas
vacaciones en familia, cosa que no a todo el mundo le sentó bien. Es bien
sabido que en Argentina, tanos y gallegos son enemigos porque sí. Un poco como
River- Boca, Tango-Folklore, Peronistas-Radicales, o sea, esas boludeces
eternas que nadie se ha parado a analizar, pero ahí están, dividiendo al pedo.
A mí me pareció una suerte que vinieran los de la Península Ibérica y el de la
Bota, y debo señalar que el único inconveniente era el momento de dormir, no
por falta de espacio, porque el departamento que alquilamos era amplio y
teníamos habitaciones de sobra; más bien era un problema acústico: en mi
familia todo el mundo ronca, incluyendo a mi hermanito. Me esperaban noches de
conciertos, lo sabía; pero salvando este detalle todo eran alegrías para mí, y
de momento, desconocía lo que depararían esas vacaciones familiares tan
pobladas de diferentes acentos.
Como era de esperarse, lo primero
que hice fue incursionar en las diferentes opiniones de los visitantes, acá les
dejo algunas frases que me anoté en mi libreta de las sesiones con mi pelado
psicólogo, porque yo nunca descanso a la hora de aprender:
“¡Ay, nena, qué esquifoso tutto,
mi Carla con poronga, io solo e triste y alora arriva la tua nonna que me pone
scardinato y el tuo nonno que ronca!”
“Nena, ¿me estás diciendo que tu
abuelo tenía una novia travesti? Tengo que hablar con tus padres, hija mía, que
estas cosas no son para nenas de tu edad, querida, ¿adónde vamos a llegar?,
siempre supe que tu nonno era un poco rarito...”
“¿Qué hay de cenar? ¿Sopa? Yo
quiero gazpacho... y unas anchoas, del Cantábrico, a poder ser”
Abuelos de Toledo?, la superabuela y el abuelo pachorrón?....Creo que los conozco..
ResponderEliminarViva la Nena!!!.
Besos.
Pablo.
¡Shhh...que aún me pedirán derechos de imagen...jejeje!
ResponderEliminarQué bien descrito... Parece que hubieras estado en Toledo y todo... ¡Incluso en Talavera! :)
ResponderEliminar¡Arriba la nena!
¡Incluso parecen personas de carne y hueso...de anchoas y gazpacho! ;)
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