domingo, 3 de marzo de 2013

MEMORIA

Al principio pensamos que era solamente despiste. El pobre era el objeto de todas nuestras bromas y chistes de falta de memoria.
Comenzó confundiendo el número clave de la alarma del despacho con su número secreto de la tarjeta bancaria. Los escándalos insoportables de la alarma eran cotidianos. 
Cuando le dábamos un mensaje de algún cliente, harto conocido, su mirada nos traspasaba, apuntando al infinito, y sospechábamos no sabía de quien le estábamos hablando.
Aún recuerdo a su amigo Juan, aquél que encontramos en el andén de Renfe, y que viajó junto a nosotros más de media hora. Aquél  inconsciente explicó sus vacaciones por Galicia junto a su mujer. Que si habían comido marisco, que si los paisajes eran tan verdes, que si la gente era maravillosamente amable. Después de largos veinte minutos de relato veraniego mi jefe le preguntó
-Y que tal, ¿has hecho vacaciones?
Mis carcajadas resonaron, incluso, en la cabina del conductor, y la cara del amigo todavía la tengo grabada en mi retina. Esa mezcla de asombro y duda, su cerebro intentando resolver si era una broma, o realmente, no lo había escuchado.
En otra oportunidad, y repitiendo otra peripecia renfera, habiendo llegado a su estación, se despidió de mi y se bajó. Un momento más tarde todo el vagón miraba hacia una ventanilla. En la oscuridad de la noche invernal lo vi, con cara desencajada, dando golpes en el cristal, y haciendo un sinfín de aspavientos espasmódicos. Se había olvidado su mochila del gimansio en el portaequipajes superior. Tuve que acarrear su olvido hasta mi casa. Me generó algún que otro problema con mi marido. No es fácil explicar que traes la mochila de tu jefe  con su ropa sudada y sus calzoncillos sucios.
Y sin límite, se fueron sucediendo momentos, desmemorias,confusiones.
Hasta que un día nos comenzó a pasar algo similar. No recuerdo como ni cuando.Yo lo llamo "desconexión parcial". Sé que me hablan pero mi mente navega en otras tierras con otros cielos, otros personajes aparecen ante mis ojos internos y cuando vuelvo, intento demostrar que siempre he estado aquí. No siempre lo consigo. Como si de una "Alicia "se tratara, y tuviese otro mundo detrás de un espejo.
Creemos que es un virus contagioso, como la gripe o el resfriado, que colapsa las neuronas poco a poco. Al principio intenta camuflarse y asemejarse a un descuido, pero lenta y progresivamente se adueña de toda la masa encefálica.
 Por eso os escribo, para avisaros y para que quede constancia. Si me encuentran en un tren o en una esquina  y me van a contar las últimas vacaciones, comprobar primero si os reconozco, comprobar luego si os escucho y comprobar por último si os acordáis de mi.
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4 comentarios:

  1. Me ha encantado el cierre y el término "desconexión parcial". Es algo que empieza a abundar, no sé si para bien o para mal...

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  2. ¿Mundos paralelos? Con lo que nos rodea es normal desconectar, no sé si algún día nos quedaremos del otro lado, eso ya no lo sé. ; )

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  3. Desconexión parcial... Perfecto!!!

    ¿Hay vacuna para ese virus???

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  4. Creo que no! Pero es una buena opción estar un poco ausente...

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